Enrique Gutiérrez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 19 de agosto de 2011, p. 28
Viernes 19 de agosto de 2011, p. 28
Santiago, 18 de agosto. Pese a la intensa lluvia en la zona centro-sur del país, incluso con nieve en esta capital, cientos de miles de estudiantes y maestros exigieron poner fin al lucro en la educación, democratizar las instituciones y acabar con la municipalización de la educación básica y secundaria.
Las marchas lograron reunir a unas 240 mil personas en todo el país, 100 mil de ellas en Santiago, según los organizadores. Solamente hubo incidentes menores cerca del parque O’Higgins y en las inmediaciones de la Universidad de Chile y de algunas escuelas.
Hubo otros altercados en las localidades de Copiapó y Temuco –en el norte y centro del país–, donde un grupo de jóvenes lanzó objetos contra la oficina regional del Ministerio de Educación.
Los organizadores sofocaron en todos los escenarios de protesta y en todo momento los conatos de choque con la policía militarizada, conocida como carabineros.
El respaldo a las demandas fue evidente en todas las instituciones educativas. Incluso en la Universidad Católica, donde la pinochetista Unión Democrática Independiente tiene su fuerza y origen, fracasó un intento por abortar el paro.
Con lienzos y paraguas de todos colores, la columna de manifestantes en Santiago caminó sin incidentes hasta el escenario en calle Beauchef, en medio de batucadas y acompañada de música.
Al llegar al acto principal, unos 20 jóvenes intentaron enfrentarse a los carabineros lanzando piedras, pero los estudiantes armaron cadenas humanas para cercarlos.
Además de la multitudinaria marcha en Santiago, calculada en 100 mil personas por la Federación de Estudiantes de Chile (Fech), desfilaron grandes contingentes en Concepción, Valdivia y Valparaíso. En esta última ciudad, la policía civil fue acusada de disparar perdigones contra personas que lanzaban piedras a un cuartel.
La movilización fue bautizada en redes sociales como
la marcha de los paraguasy llamó la atención de los sectores políticos e incluso del presidente, el empresario Sebastián Piñera, quien se refirió al tema de manera condenatoria.
Estoy absolutamente convencido que el camino para hacer de Chile un país más libre, justo, más próspero, más solidario, no es el de las piedras, la violencia y las bombas molotov, eso no conduce a ninguna parte, dijo.
Ese camino lo conocimos en el pasado y nos llevó al quiebre de la democracia, a la pérdida de la sana convivencia, y tuvo muchas otras consecuencias.
Sus palabras molestaron al presidente del Senado, Guido Girardi, quien consideró que el mandatario
se cierra al diálogo, cuando han transcurrido tres meses desde el comienzo de las manifestaciones.
La presidenta de la Fech y una de las convocantes a la marcha, Camila Vallejo, emplazó al gobierno a no desconocer la realidad del país, ya que
nos parece que nuevamente nos ha dado la espalda.
Este gobierno tiene que aprender a gobernar, dijo Vallejo al señalar que los funcionarios del sector educativo eluden responder directamente a las demandas.
No hay conformidad con lo que se planteó, hay muchas dudas y vacíos.
El opositor Jaime Quintana, presidente de la Comisión de Educación del Senado, dijo que la nueva propuesta oficial, dada a conocer anoche, de rebajar la tasa de interés para créditos con aval del Estado, sólo profundiza el lucro al traspasar ese dinero a los bancos.
Respecto a la huelga de hambre de 40 adolescentes, la Corte de Apelaciones de Santiago autorizó a los servicios médicos adoptar medidas para resguardar la salud de los estudiantes en estado grave.
En otro orden, Piñera recibió hoy un informe oficial que acreditó otros 9 mil 800 casos de tortura y 30 desapariciones y ejecuciones durante la dictadura de Augusto Pinochet, lo que se suma a cerca de 27 mil 200 y 3 mil 200 expedientes elaborados, informó Afp.
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